La actividad industrial registró una fuerte contracción que duplica la media nacional, con capacidad instalada en apenas 41,5% y un empleo formal en retroceso.
La industria textil argentina atraviesa una de sus etapas más críticas. Según el informe mensual de la Federación de Industrias Textiles Argentinas (FITA), la actividad del sector se desplomó 18,1% en agosto respecto al mismo mes de 2024, muy por encima del 4,4% de caída del promedio industrial nacional.
El informe también revela que la caída interanual fue mayor que la de julio (-10,1%), lo que confirma un deterioro progresivo y constante. La capacidad instalada se redujo a 41,5%, casi nueve puntos menos que el año anterior, dejando más de la mitad del aparato productivo ocioso.
“La industria está atravesando un escenario desafiante que no sólo se explica por la caída del consumo, sino también por los altos costos y las dificultades financieras que enfrentan las empresas textiles”, señaló Celina Pena, gerente general de FITA.
Empleo en baja y precios rezagados
El impacto también se siente en el mercado laboral. En julio de 2025, los sectores de textiles, confección, cuero y calzado registraron 108.000 empleos formales, lo que representa 5.000 puestos menos que en el mismo mes del año pasado. La tendencia a la baja se mantiene desde febrero de 2024.
En cuanto a los precios, los productos textiles aumentaron 19,7% interanual en septiembre, muy por debajo de la inflación general (31,8%). A su vez, el Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM) del rubro subió 19,7%, frente al 25,5% promedio del resto de la industria.
El algodón, también en números rojos
El segmento primario del sector no escapa al panorama negativo. De acuerdo con el Semáforo de Economías Regionales de Coninagro, la producción de algodón sufrió un fuerte empeoramiento en septiembre, con precios al productor que crecieron solo 10% interanual y una caída del 15% en la campaña anterior.
En materia de comercio exterior, las exportaciones textiles se redujeron 12% en los últimos doce meses, mientras que las importaciones crecieron 119%, generando un desequilibrio que profundiza la crisis y afecta la competitividad del sector.