El quince de marzo de 1965, el pizarrón de tiza de la primera cohorte de nuestro instituto enunciaba “Levántate y combate por la verdad, la piedad y la justicia”. Hoy, cincuenta y seis años después, ese pedido y esa labor de defensa de dichos valores siguen en pie y resultan más necesarios que nunca.
Estamos de festejo porque la primera escuela secundaria de la ciudad celebra cincuenta y seis jóvenes años de vida, de historia compartida, de anécdotas y sueños, de aroma y esfuerzo de familia, de comunión y futuros prometedores.
Para todos quienes fuimos, somos y seremos parte de esta casa, celebrar es un compromiso de seguir educando para la vida.
