En el día del Maestro, quisimos entrevistar a una maestra que hoy se desempeña como Directora de una de las escuelas más populares de la ciudad, la Escuela del Barrio Belgrano de Avellaneda. «La 1349», así se la conoce, aunque lleva el nombre del barrio donde esta emplazada. La maestra? Lucía Feresin.
Nació en El Sombrerito, donde hace 28 años, comenzó a reemplazar a los maestros del pueblo, en una de sus escuelas. Estudio en Reconquista y dice «no haberse arrepentido de la carrera que eligió» aunque antes también quería ser locutora comercial. De hecho hasta llegó a trabajar en un radio de circuito cerrado de Reconquista, pero después, la vocación y la posibilidad de estudiar pudo más.
Lucy cuenta apasionada: «En mi familia nadie se dedicó a la docencia, pero yo desde chiquita soñaba con ser la señorita de la escuela, es algo que me nació sin saber muy bien porqué. Hice la mayor parte de mi carrera docente en la escuela donde hoy soy directora. Una escuela a la que quiero mucho, porque acá junto al cuerpo de docentes que hay, ponemos todo, todos los días. Así podemos terminar el día con una sonrisa y la sensación del deber cumplido».

Cuenta que en cada escuela se vive un clima que es propio del lugar donde esta y que las aulas no son ajenas a los problemas del barrio o del país. «Claro que esta situación que vivimos como país nos afecta, pero nosotros tenemos claro cual es nuestro rol y que debemos hacer, por eso quiero agradecer a los docentes que me acompañan. Es cierto que algunas veces nos vamos con la sensación de que no damos más, pero descansamos un poco y la llama se enciende de nuevo. Somos Maestros».
Para la Seño Lucy, «lo más placentero y creo que para eso trabajamos, es poder recibir y dar amor a nuestros chicos, que te digan: Seño, ya es todo un reconocimiento, o cuando te abrazan, se pegan a vos o te regalan un dibujito. Para mi no hay mejor reconocimiento que ese».

Sin decirlo, Lucy disimula la realidad que viven los docentes hoy, una realidad que dista mucho a la que se enfrento hace 28 años cuando comenzó a trabajar de reemplazante en El Sombrerito. Tal vez, esa sea la condición que les permite enfrentar las aulas todos los días con pasión y con un amor, que de verdad debe ser muy fuerte. En su nombre y a todos los docentes, especialmente a los que nos formaron a lo largo de nuestros años escolares un cálido afectuoso y reconocido: Feliz Día!!!!