El gremio acordó una mejora salarial cercana al 25%, sumas retroactivas y un bono superior a 1,8 millones de pesos. “Con lucha, se puede”, dijo Leandro Monzón.
El Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros cerró una paritaria histórica luego de más de 40 días de negociaciones con la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA).
El responsable gremial del departamento General Obligado, Leandro Monzón, confirmó en diálogo con Vivos y Sueltos que el acuerdo se alcanzó tras una intensa negociación que estuvo “a punto de terminar en un paro nacional”.
“Ya estábamos preparando todo para el paro, pero a último momento apareció una nueva oferta y logramos lo que fuimos a buscar”, señaló Monzón.
Aumento, sumas retroactivas y bono
El acuerdo contempla un incremento del 25%, con ajustes escalonados y sumas fijas antes del 15 de noviembre que van desde los $400.000 según categoría. A partir de noviembre, el salario mínimo de la categoría de peón aceitero pasa a $2.000.000, y desde diciembre se eleva a $2.100.000, alcanzando en febrero los $2.344.444 que se incorporarán al básico.
Además, los trabajadores percibirán un bono anual de $1.886.000, pagadero en dos cuotas (enero y febrero), junto a una compensación retroactiva por la demora en el cierre de la paritaria.
“Es un reconocimiento al esfuerzo de los compañeros y a la lucha constante. Siempre decimos que no negociamos por inflación pasada o futura, sino por la necesidad real de los trabajadores”, remarcó el dirigente.
Revisión en abril y mensaje a la CGT
El acuerdo prevé una cláusula de revisión en abril de 2026, aunque Monzón aclaró que, si las condiciones cambian antes, el gremio podría reabrir la discusión.
“La alegría que sentimos no es solo nuestra; es también un mensaje a toda la clase trabajadora. Con la bandera de la huelga latente, se consiguen cosas. Por eso pedimos a la CGT que también salga a pelear por los salarios de miseria que hoy existen”, expresó.
Caso Vicentin: “Será un proceso largo”
Consultado sobre la situación de Vicentin, Monzón reconoció que el panorama “será largo y con posibles impugnaciones”, pero aseguró que el gremio está atento a los movimientos entre los grupos interesados.
“Sabemos que primero llegó Grassi y luego Dreyfus junto con Molino y el apoyo de Unión Agrícola. Veremos cómo termina, pero sea quien sea, vamos a sentarnos a hablar si es por el bien de los trabajadores”, concluyó.