
Marcelo Ferrero fue condenado tras admitir su culpabilidad en un juicio abreviado. Además, fue inhabilitado de por vida para ejercer funciones eclesiásticas.
La Justicia condenó a tres años de prisión al cura Marcelo Ferrero, de la Diócesis de Rafaela, por un hecho de abuso sexual simple contra una adolescente durante un campamento. Además, Ferrero fue inhabilitado de por vida para ejercer funciones eclesiásticas, y deberá cumplir varias medidas cautelares impuestas por el tribunal.
El episodio ocurrió en enero de este año en Córdoba, durante un campamento organizado por un grupo de scouts de la localidad santafesina de Ramona, en el que Ferrero acompañaba a los jóvenes en un viaje a Río Ceballos. Según el relato de Rafaela Noticias, el abuso tuvo lugar mientras el sacerdote estaba a cargo del grupo.
El juez Javier Bottero condenó a Ferrero por el delito de abuso sexual simple agravado, ya que fue cometido por un ministro de culto religioso, y hubo violencia de por medio. Además de la pena de tres años de prisión, se impusieron diversas medidas restrictivas:
- Fijación de domicilio en una congregación religiosa de Córdoba.
- Prohibición de contacto y acercamiento con la víctima.
- Prohibición de ingreso a la localidad de Ramona.
- Asistencia a talleres de masculinidades o terapias alternativas.
- Sometimiento al control de la Dirección de Asistencia y Control Post Penitenciario.
Mensaje de la Diócesis de Rafaela
La Diócesis de Rafaela emitió un comunicado a través de sus redes sociales, confirmando que se implementó el protocolo de actuación en casos de abuso. En el mensaje, señalaron que actuaron de inmediato ante la denuncia recibida en enero, conforme a las Normas Diocesanas para la prevención y el abordaje de abusos de menores y adultos vulnerables en los ámbitos eclesiales.
“Ante esta situación, que nos genera dolor y perplejidad, se decidió tomar contacto con los familiares de la víctima, informándoles del derecho que les asiste para realizar la correspondiente denuncia ante la Justicia, quien ya realizó las actuaciones pertinentes”, explicaron.
Desde el momento en que se conocieron los hechos, las autoridades eclesiásticas tomaron medidas cautelares, como cesar al sacerdote de las actividades pastorales y prohibirle el contacto con la víctima o con otros menores.
La Diócesis expresó que desde el principio han estado a disposición de la justicia, reiterando su compromiso con la protección de menores y adultos vulnerables.