Mientras regresaban a sus hogares en bicicleta por el centro de la ciudad, se encontraron con una sorpresa inesperada: un “montoncito” de billetes tirado en medio de la calle. Sin embargo, en lugar de guardar el dinero para sí mismos, demostraron un admirable sentido de responsabilidad.
Al acercarse al fajo de billetes, los pequeños decidieron preguntar a las personas que pasaban por el lugar si el dinero les pertenecía. Después de recibir respuestas negativas, no se rindieron y se percataron de que el dinero estaba envuelto en un papel. Con curiosidad, desplegaron el papel y descubrieron un nombre escrito en él. Era el nombre de un bar cercano al lugar donde encontraron el dinero.
Determinados a hacer lo correcto, los valientes niños se dirigieron rápidamente hacia el local mencionado en el papel. Al ingresar al bar, se encontraron con Eugenia Solari, la dueña del establecimiento. Para su sorpresa, ella había salido unos minutos antes sin percatarse de que había perdido 50 mil pesos.
Eugenia Solari, visiblemente emocionada y agradecida, relató cómo había salido del bar con el dinero en su cartera y en algún momento sintió que algo se le había caído. Al regresar a su negocio, se encontró con los cuatro niños que le traían de vuelta su valiosa pertenencia.
Impresionada por la actitud de los pequeños, la comerciante no dudó en expresarles su gratitud y recompensar su buena acción invitándolos a disfrutar de una merienda en su establecimiento.