
Con el Decreto 462/2025, el histórico instituto perdió su autarquía institucional y quedó bajo control directo de la Secretaría de Agricultura. El nuevo modelo genera preocupación en el sector agropecuario.
A través del Decreto 462/2025, el Gobierno nacional oficializó la transformación estructural del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), que dejó de ser un ente descentralizado con autonomía política y financiera, para convertirse en un organismo dependiente de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca del Ministerio de Economía.
La decisión fue firmada por el presidente Javier Milei y el ministro de Economía Luis “Toto” Caputo, y marca el fin de casi 70 años de autarquía institucional en uno de los organismos científicos más relevantes del país.
Menos representación y más control del Ejecutivo
El decreto no solo modifica el estatus jurídico del INTA, sino que redefine su sistema de conducción interna. Se elimina el Consejo Directivo, hasta ahora máxima autoridad política del organismo, y se crea en su lugar un Consejo Técnico “ad honorem”, integrado por siete miembros:
- Tres designados por el Poder Ejecutivo
- Cuatro en representación del sector productivo
La eliminación del esquema representativo tradicional es uno de los puntos que más preocupa a entidades del agro, ya que implica una mayor concentración de decisiones en manos del Gobierno central.
Bronzovich confirmado como presidente
Junto con la entrada en vigencia del decreto, el Ejecutivo ratificó a Nicolás Bronzovich como presidente del nuevo INTA, cargo que ocupa de manera interina desde octubre pasado, tras la renuncia de Juan Cruz Molina Hafford.
Bronzovich, exdirector nacional de Agricultura dentro de la Secretaría que ahora lo supervisa, tendrá rango y jerarquía de secretario, y responderá directamente al titular de Agricultura, Ganadería y Pesca, Sergio Iraeta.
También se confirmó que María Beatriz “Pilu” Giraudo, exvicepresidenta del INTA, pasará a formar parte del nuevo Consejo Técnico como consejera ad honorem.
Temor por la pérdida de independencia
La Mesa de Enlace manifestó su preocupación por la pérdida de autonomía del INTA y advirtió sobre el riesgo de politización del instituto, clave para el desarrollo tecnológico del campo argentino.
“Pedimos reglas claras, instituciones sólidas y marcos estables. La autonomía del INTA es fundamental para preservar su prestigio, su capacidad técnica y su vínculo con el territorio”, señalaron en un comunicado conjunto.
Las entidades agropecuarias reclamaron además ser convocadas a discutir el alcance y las implicancias del nuevo modelo, ante el temor de que el cambio implique una mayor injerencia política en las decisiones técnicas y científicas del organismo.
Un cambio en línea con la lógica de ajuste y concentración
La medida forma parte de una política más amplia del gobierno de Javier Milei para recentralizar organismos descentralizados, reducir estructuras autónomas y alinear científicamente al aparato estatal con la estrategia fiscal y económica del Ejecutivo.
“Con esta reforma, el Gobierno busca reestructurar uno de los institutos clave para el desarrollo agropecuario. Pero las tensiones con el campo anticipan un debate abierto sobre el futuro del INTA, su misión, su independencia y su lugar dentro de la política agroindustrial nacional”, señalaron fuentes del sector.