Un estudio reciente sugiere que consumir un poco de vino cada día puede proteger la salud del corazón.
Las personas que bebían de medio a un vaso de vino al día tenían un riesgo un 50% más bajo de sufrir un ataque cardíaco, accidente cerebrovascular o enfermedad cardíaca en comparación con los abstemios del vino. Estos resultados fueron reportados en la edición del 18 de diciembre del European Heart Journal.
Incluso beber poco, como un vaso a la semana o menos de medio vaso al día, redujo el riesgo cardíaco en un 38%. Sin embargo, este beneficio desapareció en personas que tomaban más de una copa de vino al día.
El investigador principal, el Dr. Ramon Estruch, profesor de la Universidad de Barcelona, comentó: “Hemos encontrado un efecto protector mucho mayor del vino que el observado en otros estudios”. Estruch también señaló que una reducción en el riesgo de un 50% es más alta que lo que se puede lograr con algunos fármacos, como las estatinas.
Este estudio utilizó un método más preciso para medir la ingesta de vino de las personas, analizando la cantidad de ácido tartárico en su orina. El ácido tartárico es una sustancia química presente en las uvas y en productos derivados del vino, excretada en la orina, lo que permite medir si alguien ha consumido vino en los últimos cinco o seis días. Los investigadores analizaron datos de más de 1.200 personas durante hasta cinco años de seguimiento, encontrando 685 casos de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y enfermedad cardíaca.
En personas con alto riesgo de enfermedad cardíaca que seguían una dieta mediterránea, el consumo ligero a moderado de vino redujo el riesgo cardíaco en un 50%. Estruch también advirtió que estos resultados podrían no aplicarse a otras personas debido a que los participantes eran principalmente personas mayores con un alto riesgo de enfermedad cardíaca que vivían en España.
El estudio podría tener implicaciones importantes para las recomendaciones de salud pública sobre el consumo de vino. El uso de un biomarcador objetivo como el ácido tartárico urinario ofrece una medida más precisa y confiable del consumo de vino, lo que podría ayudar a resolver algunos debates en curso sobre los efectos del alcohol en la salud.