El secretario gremial de AMSAFE denunció la profundización del ajuste sobre el sector docente, con sueldos deprimidos, presentismo forzado y reformas previsionales que vulneran derechos adquiridos. El gremio presentó un reclamo ante la Corte Suprema de Justicia.
Rodrigo Alonso, secretario gremial de AMSAFE a nivel provincial, se refirió este jueves a la jornada de protesta docente que incluyó un paro de actividades en toda Santa Fe y una concentración frente a Tribunales. En diálogo con la prensa, fue contundente: “Estamos expresando un profundo malestar por las políticas que aplican ajuste y vulneran nuestros derechos laborales y previsionales”.
La medida fue decidida democráticamente en asamblea y forma parte de una escalada gremial que ahora también recurre al plano judicial. “Presentamos un recurso ante la Corte Suprema para que declare inconstitucional la reforma previsional”, indicó Alonso. Entre los puntos más cuestionados, destacan el pago de aumentos con 60 días de demora y los descuentos por enfermedad, que obligan a docentes a trabajar enfermos para no perder $80.000 de su salario.
“Estamos convencidos de que con ajuste no puede haber calidad educativa”, remarcó Alonso, y apuntó que el camino que lleva adelante el gobierno provincial no solo es regresivo sino contraproducente.
Crítica a la falta de reclamos nacionales y reformas tributarias
Alonso también señaló la inacción del gobierno provincial frente a la Nación por los fondos previsionales. “Córdoba acaba de ganar un fallo por su caja de jubilaciones. ¿Por qué Santa Fe no exige como corresponde?”, se preguntó. Además, propuso una reforma tributaria que grave a los grandes grupos económicos, quienes —según denunció— hoy no tributan Ingresos Brutos, a diferencia de los sectores medios y populares.
“Los únicos que aportamos al Estado somos los trabajadores. ¿Dónde está la equidad?”, cuestionó el dirigente gremial.
Salarios por debajo de la línea de pobreza
Con preocupación, Alonso detalló que “un docente está cobrando $700.000, más cerca de la indigencia que de la dignidad”, y advirtió que esta situación obliga a miles de trabajadores de la educación a tener “changas” para completar sus ingresos. Además, muchos jóvenes abandonan los profesorados ante la falta de incentivos y perspectivas laborales.
“Nos culpan de una catástrofe que no provocamos”
Frente a recientes publicaciones oficiales que alertan sobre una «catástrofe educativa» y bajo rendimiento en comprensión lectora, Alonso fue tajante: “Nos quieren responsabilizar a los docentes, pero no se hacen cargo de su propia política de ajuste”.
Cuestionó los métodos de evaluación utilizados por el gobierno para medir la lectura en estudiantes: “Los sacan de su aula, los llevan con un docente ajeno, les ponen un grabador y tienen un minuto para leer. ¿Ese es un método serio?”, ironizó.
Educación sin inversión, ¿misión imposible?
El secretario gremial advirtió que la inversión en educación es la única vía para revertir la crisis, y que el gobierno actúa en sentido contrario. “Hay hambre en las aulas. Hay chicos que se duermen porque no comieron. ¿Qué clase de calidad educativa se puede construir así?”, se preguntó.
Finalmente, propuso una reforma educativa integral, consensuada con los docentes y adaptada a la realidad actual: “Seguimos regidos por normativas de hace más de 60 años. La escuela y la sociedad cambiaron. Es hora de discutir un nuevo modelo educativo”.