El mundo corre el riesgo de descender a un “bucle de fatalidad” climático, advirtió un informe de un grupo de expertos.
Dijo que simplemente hacer frente a los crecientes impactos de la crisis climática podría atraer recursos y desviar la atención de los esfuerzos para reducir las emisiones de carbono, lo que empeoraría aún más la situación.
El daño causado por el calentamiento global en todo el mundo es cada vez más claro, y recuperarse de los desastres climáticos ya cuesta miles de millones de dólares. Además, estos desastres pueden causar problemas en cascada, incluidas crisis de agua, alimentos y energía, así como un aumento de la migración y los conflictos, todo lo cual agota los recursos de los países.
Los investigadores, del Instituto de Investigación de Políticas Públicas (IPPR) y Chatham House, dijeron que un ejemplo actual del impacto de la crisis climática que complica los esfuerzos para reducir las emisiones y otras acciones fue el debate sobre si mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1.5C: el gol internacional – todavía era posible.
Aquellos que argumentaban que 1.5C todavía era posible se arriesgaban a perpetuar la complacencia de que el lento ritmo de acción actual era suficiente, dijeron los investigadores, mientras que aquellos que argumentaban que no era posible se arriesgaban a apoyar el fatalismo de que ahora se podía hacer poco o «enfoques extremos» como la geoingeniería.
Evitar un círculo vicioso requería una aceptación más honesta por parte de los políticos de los grandes riesgos que plantea la crisis climática, dijeron los investigadores, incluida la perspectiva inminente de puntos de inflexión y de la enorme escala de la transformación económica y social necesaria para poner fin al calentamiento global. Esto debe combinarse con narrativas que se centren en los grandes beneficios que trajo la acción climática y garantizar que las políticas se implementaron de manera justa.
“Lamentablemente, hemos entrado en un nuevo capítulo en la crisis climática y ecológica”, dijo Laurie Laybourn, miembro asociado de IPPR. “La guerra falsa está llegando a su fin y las consecuencias reales ahora nos presentan decisiones difíciles. Absolutamente podemos conducir hacia un mundo más sostenible y más equitativo. Pero nuestra capacidad para navegar a través de las conmociones mientras nos mantenemos enfocados en evitar la tormenta es clave”.