El acusado recuperó la libertad bajo estrictas restricciones. La causa está caratulada como lesiones leves dolosas agravadas por el vínculo y por mediar violencia de género.
En la jornada de ayer, la Justicia imputó a Mario Alejandro Franco por un hecho de violencia de género ocurrido el 22 de junio en barrio San Francisco de Asís, en la ciudad de Reconquista. La audiencia fue encabezada por el fiscal Nicolás Maglier, quien imputó la figura de lesiones leves dolosas agravadas por el vínculo y por violencia de género, tras un hecho que tuvo lugar en el marco de una relación de pareja.
Luego de la audiencia imputativa, se celebró la audiencia de medidas cautelares, en la que el Ministerio Público Fiscal y la Defensa Pública, representada por el Dr. Toñolo, acordaron una libertad con restricciones estrictas, entre ellas la prohibición de acercamiento a la víctima.
Perimetral y condiciones para la libertad
El fiscal Maglier explicó que la medida fue tomada tras una entrevista previa con la víctima, quien manifestó su parecer respecto a la situación del imputado y avaló su libertad, condicionada al cumplimiento de reglas de conducta específicas.
Entre las restricciones impuestas, el imputado no podrá acercarse a menos de 200 metros de la víctima ni de su domicilio, ni mantener contacto por ningún medio, ya sea de forma directa, a través de terceras personas o mediante redes sociales. Además, se dispuso la fijación de un nuevo domicilio, que será en la vivienda de su hermana, quien asumió el rol de persona guardadora.
También se le prohibió portar armas de fuego, consumir estupefacientes, abusar de bebidas alcohólicas y deberá abstenerse de cometer cualquier nuevo delito doloso mientras dure el proceso judicial.
El hecho y su encuadre legal
El episodio, ocurrido el pasado 22 de junio, tuvo lugar en el domicilio donde convivía la pareja. Según detalló el fiscal, el encuadre legal de la causa responde a un hecho de violencia de género dentro de una relación afectiva previa, lo que agrava la figura penal de las lesiones.
“Este tipo de hechos deben ser tratados con celeridad y firmeza, siempre priorizando la palabra y la protección de la víctima, como ocurrió en este caso”, remarcó Maglier al finalizar la audiencia.