Productores enfrentan una combinación de sobreoferta, caída del consumo, aumento de costos y competencia de importaciones que deja la actividad al borde del abandono.
La crisis del tomate golpea fuerte en las provincias productoras. En Santa Lucía (Corrientes), horticultores recibieron $3.000 por cajón de 20 kg, el mismo valor que el consumidor paga por 1 kg en góndola. Ante esta situación, algunos productores, como Miguel Tomasella, decidieron tirar hasta 60 cajones por no poder competir con tomates importados desde Chile y Paraguay.
Los centros de distribución alegan que la superproducción acelera la maduración y deterioro del producto, lo que presiona a la baja los precios internos. Algunos agricultores planean regalar tomates en la ruta o directamente abandonar la actividad.
Protestas y tomatazos
En Jujuy, productores se manifestaron en la Plaza Manuel Belgrano, repartiendo tomates a los transeúntes en señal de protesta. La medida busca llamar la atención del gobierno ante una situación que califican de “muy crítica” y que, advierten, podría derivar en escasez futura y suba abrupta de precios.
Sergio Alarcón, pequeño productor jujeño, afirmó que “hay mucha verdura, no solo tomate, y eso no ayuda con los precios”, agregando que las importaciones desde Paraguay, Chile, Brasil y Bolivia profundizan la crisis.
Impacto en otras provincias productoras
En Colonia Santa Rosa (Salta), el ingeniero agrónomo Juan García señaló que la apertura a importaciones se facilita por el tipo de cambio actual y que, en algunos puntos de venta, los productores ofrecen los cajones “al precio que la gente quiera pagar” o directamente optan por descartarlos.
En Mendoza, San Juan y Buenos Aires, la caída de precios también golpea a los cinturones hortícolas, donde producir tomate requiere altos costos, tiempo y mano de obra especializada.
El mercado global del tomate
A nivel mundial, la demanda de tomate es alta y sostenida, con un mercado estimado en 164,68 millones de toneladas en 2024 y una proyección de crecimiento anual del 3,9% hasta alcanzar 232,84 millones de toneladas en 2034, según Informes de Expertos.
En Argentina, el consumo per cápita anual ronda los 16 kg de tomate fresco. La producción nacional ocupa unas 17.000 hectáreas, con rendimientos que pueden llegar a 80 toneladas por hectárea en los casos más productivos.