
El líder del gremio aceitero de la zona habla sobre los avances y desafíos en el caso Vicentín y la situación de los trabajadores.
En una reciente entrevista en Vivos y Sueltos, Leandro Monzón, líder del gremio aceitero, destacó que la producción de girasol en Vicentín alcanzó cifras récord este año, lo que refleja tanto el esfuerzo de los trabajadores como el compromiso de la empresa, a pesar de los desafíos. Monzón explicó que los interventores de la firma habían enviado comunicados de agradecimiento al personal por la colaboración, asegurando que las expectativas de producción se cumplieron en gran medida.
“La soja titubeó al principio, pero finalmente se logró todo lo pronosticado. Los trabajadores seguimos teniendo nuestra fuente laboral y cobrando nuestros salarios, lo cual nos da tranquilidad”, afirmó Monzón, quien también destacó que la empresa está trabajando para regularizar los pagos salariales. La semana pasada se abonó el 80% del salario, y el resto se pagará mañana, acercándose al objetivo de un pago mensual al 100%.
Desafíos con la justicia y los interventores
Monzón se refirió a las relaciones con los interventores y el juez Lorenzini. A pesar de que en su momento hubo tensiones con la intervención judicial, Leandro destacó que el gremio ha logrado una buena relación con los responsables actuales de la gestión de la empresa, quienes están cumpliendo con las expectativas. Además, destacó la importancia de la intervención para que los trabajadores pudieran mantener sus puestos de trabajo en un contexto de incertidumbre.
“No confiábamos al principio, pero a medida que el proceso avanzaba y veíamos los resultados, nos dimos cuenta de que los interventores estaban cumpliendo con lo que habían prometido”, dijo Monzón, quien destacó que los gremios siempre han luchado por el bienestar de los trabajadores.
La viabilidad de la empresa y el futuro del norte
Sobre el futuro de Vicentín, Monzón aseguró que la empresa es rentable y que, a pesar de los problemas pasados, los trabajadores siguen siendo fundamentales para el funcionamiento. También subrayó la importancia de que la empresa siga operando en el norte de Santa Fe, ya que el cierre de plantas afectaría enormemente a la región.
“Vicentín es una empresa rentable. Cuando la gestionaban mal, el caos llegó, pero ahora con la intervención y el compromiso de los trabajadores, la producción sigue adelante. El futuro parece prometedor si se siguen tomando las decisiones correctas”, concluyó Monzón.
Expectativas a futuro y la unidad gremial
Monzón también expresó su optimismo respecto a la futuro laboral. Si bien las dificultades no han desaparecido, confía en que se alcanzarán acuerdos que garanticen la estabilidad laboral. Según sus palabras, los contratos para el próximo año ya están casi asegurados, lo que garantizaría la continuidad de la producción. Los interventores también están trabajando en un plan de mantenimiento de las plantas para evitar paradas prolongadas que afecten el flujo de trabajo.