El padre de Analía Ovando habló desde la sala velatoria y denunció el abandono de la Justicia antes del femicidio en Villa Guillermina.
Martín Ovando, padre de la joven asesinada por su expareja dentro de un bar en Villa Guillermina, aseguró que su hija vivía aterrada. “La acosaba, la golpeaba, se escapaba de la policía, y nadie hizo nada”, expresó. El acusado, Ulises Gómez, ya había apuñalado a su padre días antes.
Dolor y bronca desde la sala velatoria
Desde el lugar donde despiden los restos de Analía Ovando, de 25 años, víctima de femicidio, su padre rompió el silencio y relató con crudeza el calvario que vivía su hija.
“El asesino es un monstruo, drogadicto, siempre maltrataba a mi hija. Ella lloraba todas las noches y decía que él la iba a matar”, sostuvo Martín Ovando, sumido en la indignación y el dolor.
La joven fue atacada dentro del bar que administraba, donde el agresor —su expareja, Ulises Fabián Gómez, de 21 años— la interceptó y le quitó la vida con un arma blanca.
Un historial de violencia y abandono
Según contó su padre, la relación con el femicida había comenzado un año atrás. “Convivieron un tiempo, pero él era una mala persona, drogadicto, violento, escapaba de la policía. Lo echamos de la casa y empezamos a pedir ayuda a la Justicia. Queríamos que lo metan preso porque no respetaba nada”.
La violencia escaló sin freno. Quince días antes del femicidio, Ulises apuñaló a su propio padre y apareció en la casa de Analía con el cuchillo todavía ensangrentado.
“Lo llevaron preso un día y lo largaron. Ahí mi hija lo denunció. Le tenía terror. Le pusieron una medida de distancia, pero él la violaba. Saltaba los tejidos y se metía en la casa. Yo me quedaba toda la noche cuidando”, denunció Martín.
“La siguió hasta el bar y la obligó a volver: ahí la mató”
Martín relató que el agresor acosaba a Analía todo el tiempo. Se presentaba en el bar, la espiaba, le hacía escenas de celos. “Ella salió del bar, él la siguió, la obligó a volver. Y ahí la mató”, dijo con la voz quebrada.
“La policía no hizo su trabajo, la justicia tampoco. Le hizo lo peor. Nos destrozó la vida. No vamos a parar hasta conseguir justicia.”
“Yo soy sonidista, siempre llevé alegría al pueblo. Mis hijas eran felices. No merecíamos esto”, cerró conmovido el padre.
El crimen que pudo haberse evitado
Analía Ovando fue asesinada durante la madrugada del jueves en su lugar de trabajo. El cuerpo presentaba heridas de arma blanca en el cuello. El presunto agresor, fue detenido ese mismo día.
La joven lo había denunciado y tenía una restricción de acercamiento, que el agresor violaba constantemente. Pese a eso, la orden de detención se ejecutó tarde, y la joven no llegó a ser protegida.
FUENTE: Aire de Santa Fe