Un informe revela un fuerte retroceso en los aprendizajes y la trayectoria escolar. Santa Fe repite la media nacional con apenas un 10% de estudiantes que logran completar en condiciones óptimas.
Según el Índice de Resultados Escolares (IRE) de la ONG Argentinos por la Educación, solo 10 de cada 100 estudiantes que comenzaron primer grado en 2013 lograron terminar la secundaria en 2024 sin repetir ni abandonar, y con aprendizajes satisfactorios en lengua y matemática. En Santa Fe los números coinciden con la media nacional.
El retroceso es marcado: en 2022 la cifra había sido de 13 cada 100, y en 2020 alcanzaba 16 de cada 100. El estudio, elaborado por María Sol Alzú, Martín Nistal y Víctor Volman, se basa en datos del Relevamiento Anual y de las pruebas Aprender de secundaria.
Avance en la escolaridad, pero sin aprendizajes suficientes
De cada 100 estudiantes que iniciaron la primaria en 2013, 63 llegaron al último año de secundaria en el tiempo esperado. En Santa Fe lo lograron 62. Sin embargo, el gran filtro aparece al medir los aprendizajes: apenas 10 alcanzaron niveles satisfactorios en lengua y matemática.
La jurisdicción con mejores resultados es Ciudad de Buenos Aires (23%), seguida por Tierra del Fuego y Córdoba (13%). En el otro extremo, Chaco apenas alcanza el 3%, y provincias como Santiago del Estero, Misiones y Catamarca llegan al 4%.
El vínculo con la desigualdad social
El informe remarca la relación entre resultados educativos y nivel socioeconómico. Las provincias con mayor proporción de estudiantes en los quintiles más bajos de ingresos registran también los peores indicadores de desempeño.
En contraste, CABA combina el mejor Índice de Resultados Escolares con la mayor proporción de estudiantes en niveles socioeconómicos altos.
El desafío de la matemática
Para Irene Kit, pedagoga y presidenta de la asociación civil Educación para Todos, la matemática es uno de los mayores cuellos de botella. “Una vez más queda expuesto el profundo esfuerzo que requiere mejorar sustantivamente la enseñanza de la matemática en toda la educación obligatoria”, señaló.
Propuso revisar la estructura de conocimientos fundamentales, dedicar más tiempo a la materia y garantizar un acompañamiento docente sostenido. “Es clave que el pensamiento lógico-matemático se instale como herramienta transversal en distintos espacios curriculares, y no quede encerrado solo en matemática”, agregó.