La escuela de las Catalinas enfrenta una situación crítica tras su cierre por peligros estructurales. Docentes y padres buscan respuestas sobre la continuidad educativa de los 56 alumnos.
La Escuela José Pedroni, conocida como la escuela de las Catalinas, ubicada en la zona rural de Malabrigo, fue cerrada a principios de agosto debido a peligros de derrumbe en varias áreas de su estructura. Este centro educativo, con una larga trayectoria, es fundamental para los niños de la zona, y su cierre ha generado gran preocupación entre docentes, padres y autoridades locales.
Condiciones edilicias críticas y un cierre inesperado
El cierre se produjo al regreso del receso invernal, cuando los docentes se encontraron con la noticia de que 56 alumnos tendrían que ser reubicados en diversas escuelas de la ciudad. En un primer momento, la decisión tomó por sorpresa tanto a los docentes como a las autoridades, pues la situación de la escuela ya venía siendo compleja desde hace tiempo, pero no se había gestionado con la urgencia necesaria.
Las imágenes de la escuela muestran serias deficiencias en la mampostería y otros problemas estructurales, lo que obligó a las autoridades a cerrar el establecimiento por cuestiones de seguridad. Sin embargo, el malestar crece porque la comunidad educativa no ve avances claros en la reparación o en los planes de rehabilitación.
Un panorama de incertidumbre para el ciclo lectivo 2026
Aunque se mencionó la posibilidad de realizar trabajos de refacción, la comunidad educativa aún tiene dudas sobre el alcance de las obras y el tiempo que demandarán. Los docentes, que hasta hace poco venían trabajando con una jornada completa, están preocupados por la reubicación de los chicos en las escuelas urbanas y la posibilidad de que la escuela nunca vuelva a abrir.
De hecho, hay un precedente cercano que genera temor, ya que en la escuela Juan Fabro, ubicada en el paraje La Diamela, ocurrió una situación similar: la escuela fue cerrada por peligro de derrumbe y nunca más se volvió a abrir, dejando a los estudiantes sin una educación continua en su comunidad.
La reubicación y los desafíos de transporte
En cuanto a la logística, los alumnos fueron distribuidos entre varias instituciones educativas de Malabrigo, tanto públicas como privadas. Sin embargo, los padres de los niños que vivían en la zona rural tienen que hacer frente a los gastos y dificultades del transporte, ya que no se han dispuesto recursos adicionales para este fin. Las familias están trayendo a los chicos directamente, mientras que el transporte escolar habitual ya no cubre la ruta hacia la escuela cerrada.
Preocupación por el futuro de las escuelas rurales
El cierre de la Escuela José Pedroni forma parte de un proceso más amplio que afecta a varias escuelas rurales en la región. En los últimos años, varias de ellas han cerrado sus puertas debido a la baja cantidad de alumnos o al abandono del gobierno provincial, que no ha logrado garantizar el mantenimiento adecuado de estas instituciones.
El desarraigo en las zonas rurales y el abandono de las infraestructuras escolares genera una sensación de abandono en la comunidad. Las autoridades de Malabrigo, junto con los docentes y padres, siguen luchando por la continuidad educativa en la región y esperan que para el ciclo lectivo 2026, los estudiantes puedan regresar a su escuela, aunque las dudas sobre la ejecución de las obras continúan.
El futuro incierto de la escuela de las Catalinas sigue siendo una preocupación central para la comunidad de Malabrigo, que teme que, como ha sucedido con otras escuelas rurales, esta situación se prolongue indefinidamente, afectando el acceso a la educación en una de las zonas más necesitadas del norte de Santa Fe.
FUENTE: Imagen de Amanecer