Argentine President Javier Milei and Vice President Victoria Villarruel attend a ceremony, to pay homage to the victims of the 1992 Israeli embassy bombing, in Buenos Aires, Argentina, March 18, 2024. REUTERS/Agustin Marcarian
En medio de su enfrentamiento con Milei, la vicepresidenta ocupará el lugar que el presidente deja vacante.
Excluida de las convocatorias oficiales del gobierno nacional por su enfrentamiento con Javier Milei, la vicepresidenta Victoria Villarruel confirmó que participará este viernes del acto del Día de la Bandera en Rosario, junto al gobernador Maximiliano Pullaro y el intendente Pablo Javkin.
Mientras el presidente y su gabinete estarán en una ceremonia en el Campo de Polo de Buenos Aires, la titular del Senado se mostrará en el Monumento a la Bandera, el lugar histórico donde Manuel Belgrano izó por primera vez la enseña patria.
Sin aval del gobierno nacional
En principio, Villarruel no tendrá permitido pronunciar un discurso, salvo que el Ejecutivo comunique oficialmente que es su enviada al acto, algo que se descarta por completo dada la tensa relación con el presidente.
La decisión de Milei de no viajar a Rosario se había conocido días atrás, cuando Presidencia notificó a las autoridades santafesinas que ningún funcionario nacional participaría en el acto central. Luego trascendió que el mandatario encabezaría una actividad en Buenos Aires y dejaría vacío el acto oficial en el Monumento.
Sin embargo, este jueves al mediodía, los periodistas Pedro Levy y Sergio Roulier confirmaron a través de fuentes del Senado que Villarruel sí estará presente en la ceremonia local.
Un oasis político en medio del aislamiento
La presencia de Villarruel se da en un contexto de aislamiento creciente dentro del gobierno libertario. Desde hace meses, la vicepresidenta solo ocupa su rol formal en el Senado y su participación en actos oficiales ha sido meramente protocolar. En el Tedéum del 25 de mayo, por ejemplo, Milei ni siquiera la saludó.
La participación en el acto del Día de la Bandera en Rosario será para Villarruel una oportunidad de mostrarse con protagonismo y ejercer cierto juego político propio, aunque sin representación oficial del gobierno.
Sin discursos, pero con visibilidad mediática y contacto con la prensa, la vicepresidenta intentará aprovechar este espacio en el calendario patriótico para recuperar algo del terreno político perdido en medio del quiebre con Milei.