
La Iglesia Católica atraviesa un momento histórico. Comenzó el proceso que llevará a la elección de un nuevo Pontífice, con el tradicional Cónclave en el horizonte.
La muerte del Papa Francisco marca un punto de inflexión en la historia reciente del Vaticano. Con su fallecimiento, se puso en marcha el protocolo establecido por la Santa Sede para estos casos, iniciando así el camino hacia la elección de un nuevo líder para la Iglesia Católica.
El protocolo tras la muerte del Papa
La primera acción recae en el camarlengo, cardenal encargado de la administración del Vaticano durante la sede vacante. Según la tradición, verifica la muerte del Papa llamándolo tres veces por su nombre de bautismo. Si no obtiene respuesta, declara oficialmente su fallecimiento.
A partir de allí, se inicia un período de luto de nueve días, conocido como novemdiales, con misas diarias en honor al pontífice fallecido. Su cuerpo es expuesto en la Basílica de San Pedro, donde los fieles pueden despedirse y rendirle homenaje.
Durante la sede vacante, el Vaticano no puede tomar decisiones de fondo. El gobierno de la Iglesia queda temporalmente en manos del Colegio de Cardenales, aunque con facultades limitadas.
El Cónclave: cómo se elige al nuevo Papa
Finalizado el luto, los cardenales menores de 80 años con derecho a voto son convocados a un Cónclave. Esta reunión se celebra bajo estrictas normas de secreto en la Capilla Sixtina, sin contacto con el exterior.
Allí, se realizan hasta cuatro votaciones por día (dos por la mañana y dos por la tarde) hasta que uno de los candidatos obtenga al menos dos tercios de los votos. Si no hay elección, las papeletas se queman con una sustancia que genera humo negro, señal de que no hubo consenso. Cuando finalmente se elige a un nuevo Papa, el humo es blanco, lo que anuncia la noticia al mundo.
Una vez que el elegido acepta su designación, el Decano del Colegio Cardenalicio se asoma al balcón de la Basílica y pronuncia la histórica frase: “Habemus Papam”. Minutos después, el nuevo Papa aparece por primera vez ante los fieles y ofrece su bendición Urbi et Orbi («a la ciudad y al mundo»).
Los posibles sucesores
Entre los principales nombres que suenan como sucesores del Papa Francisco se encuentran:
- Pietro Parolin (Italia): actual Secretario de Estado del Vaticano y figura diplomática central.
- Matteo Zuppi (Italia): arzobispo de Bolonia, de perfil pastoral y social.
- Luis Antonio Tagle (Filipinas): referente asiático con gran proyección internacional.
- Peter Erdő (Hungría): intelectual con experiencia en diálogo ecuménico.
- Peter Turkson (Ghana): destacado por su trabajo en temas de justicia social.
- Raymond Burke (EE.UU.): cercano al sector más conservador de la Iglesia.