María Mercedes “Parayá” Pereda habló en la radio sobre el trabajo con agricultores familiares, la universidad y los desafíos actuales de producir alimentos sanos en contextos críticos.
En el marco de las celebraciones por el 25 de mayo, en una entrevista telefónica con la radio local, María Mercedes “Parayá” Pereda, referente de INCUPo (Instituto de Cultura Popular), compartió una charla profunda y comprometida sobre soberanía alimentaria, ferias populares, educación universitaria y los múltiples desafíos que enfrentan hoy quienes producen alimentos de forma agroecológica en Argentina.
Desde Corrientes, Pereda contó cómo se impulsa actualmente la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria en la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), una iniciativa interfacultades que busca articular el conocimiento académico con las realidades productivas y comunitarias del territorio.
“La cátedra es libre porque no pertenece a una sola facultad, y busca justamente incluir a estudiantes, docentes y también a personas externas a la universidad, con un tema que es central para todos: qué comemos, cómo se produce y quién tiene acceso”, explicó.
De las ferias a la universidad: un camino inverso
Según la referente, el proceso comenzó «al revés»: fueron las organizaciones del territorio quienes impulsaron la creación de la cátedra, a partir de años de trabajo con ferias populares, cooperativas urbanas como Tierra Sin Mal y productores del litoral.
Una de las experiencias más destacadas es la Feria Agroecológica de Bella Vista, que funciona desde hace más de 15 años, ofreciendo alimentos frescos y de calidad. “Incluso los médicos recomiendan ir a esa feria”, subrayó Pereda.
El contexto: costos, crisis y oportunidades
Durante la entrevista, la referente hizo hincapié en las dificultades actuales: costos de transporte, menor poder adquisitivo de la población, impactos climáticos y el cierre de áreas estatales clave como la Dirección de Agricultura Familiar. Sin embargo, también destacó que a pesar del contexto adverso, muchas experiencias logran sostenerse y resistir gracias a la confianza de los consumidores y el esfuerzo colectivo de las comunidades.
“La soberanía alimentaria no es una utopía: es una práctica política cotidiana. Se trata de que los pueblos decidan qué, cómo y para quién producir sus alimentos”.
Una mirada federal y un nuevo informe
INCUPo, junto a más de 60 cátedras libres en todo el país, presentó recientemente el Informe 2024 sobre la situación de la soberanía alimentaria en Argentina, donde se analiza el impacto de las políticas públicas y se visibilizan tanto retrocesos como experiencias exitosas.
Además, este año se lanzará un nuevo proyecto para medir indicadores de soberanía alimentaria a nivel municipal, destacando iniciativas locales que promuevan la agroecología, como ocurre en localidades de Entre Ríos, el Chaco o la propia Bella Vista, que cuentan con ordenanzas específicas.
El desafío es colectivo
Como reflexión final, Pereda remarcó la necesidad de recuperar prácticas simples pero transformadoras, como cultivar en casa, conocer el origen de los alimentos y “volver a los sabores verdaderos”. Y dejó un mensaje claro:
“En estos tiempos difíciles, aguantar es también sostener lo que vale la pena: alimentos sanos, producidos con amor, respetando la tierra y a quienes la trabajan”.
El informe 2024 sobre soberanía alimentaria ya está disponible para descargar. Pronto habrá más novedades sobre indicadores locales y nuevas cátedras en otras provincias. DESCARGAR PDF